viernes, 30 de julio de 2010

III. DEFINICIÓN DE LA FIESTA.

Resumiendo lo anterior y anticipando ligeramente, podemos definir la fiesta como la expresión comunitaria, ritual y alegre de experiencias y anhelos comunes, centrados en un hecho histórico pasado y contemporáneo.

Tomemos cmo ejemplo la fiesta nacional: cada país observa cierta fecha, aniversario de un acontecimiento liberador. Si tiene aún eco en la conciencia popular, expresa en primer lugar la alegría por un presente beneficioso efecto del hecho pretérito y, además, el anhelo esperanzado de que aquel comienzo produzca todos los frutos que prometía.

Las fiestas privadas, cumpleaños o boda, se refieren también a hechos y expresan deseos de felicidad para el futuro. Dígase lo mismo de las celebraciones por la obtención de un puesto brillante o la consecución de un diploma.

El témino "ritual" requiere explicación. Cuando la expresión de un sentimiento queda en la esfera individual, el sujeto puede exteriorizarlo usando el gesto que le acomode; puede revolcarse por el suelo en señal de júbilo o topar con la cabeza en la pared para expresar dolor. Con todo, cuando la expresión es comunitaria, hay que llegar a un acuerdo acerca de los gestos válidos para el grupo; se realiza así una convención expresiva, y a ésta llamamos ritual. La cultura está llena de rituales suyos particulares: el apretón de manos se considera signo de amistad, mientras el frotar la nariz en la mejilla ajena no es ritual admitido. Se inclina la cabeza para expresar anuencia, en vez de sacudirla lateralmente, etc. Estos son rituales heredados. Volveremos sobre este punto al tratar de la expresión.

En la fiesta se observan también rituales: desfiles, banderines, bandas de música o fuegos artificiales son modos convenidos de expresar la alegría común.

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