El autor de la Carta a los Hebreos se enfrenta con el problema y busca una solución sin ceder a compromisos. El escrito entero es una aplicación concreta del dicho de Cristo: “No he venido a derogar, sino a dar cumplimiento” (Mt 5,17).
La institución sacerdotal y el ritual del culto había ocupado durante siglos un puesto central en la espiritualidad de Israel. ¿Qué relación tenía todo eso con Cristo? ¿En qué habían parado el sacerdocio y el culto?
Se requería una mente poderosa, un conocimiento profundo de las antiguas instituciones y una penetración más que ordinaria del misterio de Cristo para no cejar ante tan arduo problema teológico. Gracias al desconocido personaje que compuso la carta, poseemos una síntesis que ilumina no solamente el significado del sacerdocio judío, cuestión históricamente superada, sino la aspiración de todas las religiones por encontrar un mediador en su relación con Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario